El katsugen undo es una práctica básica del Seitai junto con la práctica de yuki.
Respetamos cómo se expresa nuestro movimiento espontáneo e instintivo. Aquel automatismo o vaivén que surge de forma agradable y se va concentrando en aquellas zonas más tensas o más bloqueadas.
Es un diálogo interior en el que, poco a poco, vamos apreciando aquellas zonas con excesiva tensión o falta de coordinación entre ellas (Coordinación de la CVP o cráneo-vértebras-pelvis). Algo encallado, laxo, débil, etc., se nos va poniendo de manifiesto, se va moviendo, y empezamos a darnos cuenta de aquello físico y psíquico a la vez, muy íntimo, muy nuestro.
Sentimos como la respiración pectoventral se va ampliando y algo puede expresarse más nítidamente. Por ejemplo: un dolor que afloja, aquel sentimiento que ya no duele, la sensación de angustia que ya no impide respirar, un desasosiego interno que desaparece, etc.
No poder dormir, tener problemas digestivos o estar de mal humor, son situaciones normales en determinados momentos de la vida, pero dejan de serlo cuando van en aumento y se mantienen en el tiempo sin dar cabida a momentos de calma o serenidad.